Reflexión

2024

Transfers sobre aluminio para la Atlàntida, Centre d’Arts Escèniques d’Osona, Vic.

En el marco del programa Artistas en Escena, la Atlàntida y el ACVic me invitaron a crear una imagen que sirviera para la gráfica de la nueva temporada 24-25 de la Atlàntida, en torno al término «reflexión».

Inspirada en las planchas de latón que cubren buena parte del edificio del centro de artes escénicas, creé unos transfers dorados que el equipo de diseño gráfico de la Atlàntida han aplicado a los elementos de la programación de la nueva temporada, como por ejemplo los flyers, pósteres, aplicativos para la fachada e imagen para la página web.

Hay preguntas que casi solo se pueden formular en el ámbito artístico. Si se plantearan en otros sectores, posiblemente sonarían absurdas o tendrían poco interés. Así, al pensar sobre el Atlàntida, de entrada me vino en el jefe que los humanos vayamos a ver, sentir y vivir obras teatrales o musicales. De aquí me surgieron algunas preguntas, como por ejemplo: ¿Qué ven y que sienten las otras formas de existencia cuando se acercan a la Atlàntida? ¿Qué sienten los árboles del alrededor? ¿Cómo es la experiencia del aire que se escuela por los pasillos del edificio? ¿Qué ven las nubes?
La propuesta parte especialmente de esta última pregunta y de una especulación sobre una posible respuesta: si las nubes ven algo cuando sobrevuelan la Atlàntida, cuando pasan por el encima del revestimiento de latón dorado que cubre el edificio, podría ser que aquello que vean sea su propio reflejo en un cielo de tonalidades doradas? Y de ser así, se deben de maravillar las nubes? Deben de tener la sensación de estar viviendo una experiencia artística, también?

Todo aquello que nos vuelve un reflejo de nuestra existencia (no solo ciertos materiales, sino también los rastros que dejamos de las cosas que basura) nos puede llevar a reflexionar justamente sobre nuestra realidad y la percepción que tenemos del mundo. Son una mirada a nosotros mismos desde otra banda. A la vez, los reflejas nos hablan a menudo de relaciones invisibles entre las cosas. La luz del sol al tocar el agua puede generar un reflejo sobre un tronco de árbol que crece más allá. Así pues, tienen alguna condición misteriosa, a menudo inmaterial, que se nos escapa, es efímera y habla otras dimensiones menos palpables pero igual de reales. Estas son características que comparten con las nubes, que simbólicamente nos trasladen a las vertientes más espirituales de nuestro ser.
Por habla de estas ideas, usamos varias derivaciones de la palabra «reflexión». De ella destacamos dos acepciones. Por un lado, aquella que se refiere a efectos de la luz y el sonido cuando se reflejan sobre alguna superficie, como por ejemplo el cielo y las nubes encima el revestimiento de latón de la cubierta de la Atlàntida. De la otra, aquella que denomina el pensamiento que resulta de la acción de reflexionar, de profundizar sobre alguna cuestión detenidamente, como aquello de lo que parte el arte y también aquello a que nos invita.

Agradecimientos infinitos: Ton Granero, Marià Dinarès, Laia Valls, Montse Catllà y equipo de la Atlàntida, Centro de Artes Escénicas de Osona.